En algunos círculos sociales selectos, soy conocido como "Tiquet Master". Esto se debe a que desde hace un año y medio me dedico a producir y conducir "El Boletón" (así como Chuck Barris en "The Gong Show"); conocido programa de concursos en la radio universitaria donde el ganador del concurso semanal obtiene como premio boletos para asistir a algún concierto. El hecho de conducir este programa me ha convertido en el Marco Antonio Regíl de la localidad, lo cual es bastante *cool* debido a que me encanta ser Rockstar a donde quiera que voy, y esto definitivamente es algo que contribuye a que lo sea en la escuela.
Es bastante satisfactorio saber que la gente está muy al pendiente de los concursos y de los premios que se darán semana con semana. Se siente un poco raro que las personas lleguen a preguntar "Tu eres el que regala los boletos, ¿no?". En este sentido, soy la persona más paciente que existe con el público del "Boletón", y con la ciudadanía en general. Sin embargo, existen límites para la paciencia. Esto lo descubrí a lo largo de mi carrera como conductor de este programa. Y es que en sus inicios, las personas no sabían de la existencia de este fabuloso programa, y menos sabían que existía una mecánica semanal para poder ganarse los boletos. Así que no era nada raro que, aquellos que se enteraban que yo era el conductor, me dijeran "¡Ay! Regalame a mí los boletos, ¿no?". Como había que hacer publicidad para el ya mentado programa, me tomaba mi tiempo para explicar que el programa seguía cierta ética y que sólo el ganador del concurso se podía llevar los boletos, a lo cual siempre obtenía la misma respuesta: "¡Ay! Que poca...".
Con el paso del tiempo, la típica peticion de "regalame los boletos" continuó, pero mi paciencia se evaporó. A pesar de la trayectoria de "El Boletón", todavía existe gente que tiene dudas con respecto a como se pueden ganar los boletos de la semana. Y eso se respeta, digo, no es su obligación saber de que se tratan todos mis proyectos, ¿no?. Sin embargo todavía existe la gente que, cuando conoce mi "identidad", tiene la osadía de decirme "¡Ay! Plis regalame a mi los boletos...". ¡He tenido que soportar año y medio de esta estúpida cantaleta! Y obviamente me estoy hartando. La última persona que se atrevió sufrió la pena de que le gritara frente a todos sus amigos. Generalmente no hago eso. Con NADIE. Pero realmente me saca de mis casillas el hecho de que les vale madres que exista un concurso y que se tienen que seguir ciertas reglas para poder ser acreedores al premio. Como si yo fuera mago y pudiera darles los boletos que me pidan, asi sin siquiera parpadear. "¡Sí, claro! Te los daré, ¿cuantos quieres?". Juro que la próxima vez, golpearé a la persona que me pida los boletos.
Ahora sé porque algunos Rockstar´s se tornan violentos con la gente...
Monday, November 08, 2004
Tuesday, November 02, 2004
Sobre Pedido
La mayoría de las personas puede decir que alguna vez sintió una "conexión" especial con alguien más. Que por el simple hecho de pasar unas cuantas horas de su vida con otra persona, ha podido entablar una amistad que dure por años. Incluso llegar a establecer una relación de mucho cariño. Algo un poco al estilo de la película "Before Sunrise". Curiosamente, a mi me sucedió esto durante un concierto.
Corría la primavera del año 2003. Euridice todavía era estudiante en aquella institución a la que pertenezco, y la radio estudiantil gozaba de varios privilegios provistos por diversos patrocinadores. Yo regresaba de emergencia de mi viaje por Orlando justo después de Semana Santa. El hecho de que ya no pudiera faltar a ninguna de mis clases porque ya había faltado mucho en pasadas ocasiones, provocó mi súbito regreso al Distrito Federal. Justo cuando más estaba mentando madres por mi regreso, me dan la noticia de que la radio estudiantil había conseguido pases para el concierto de aniversario de MTV Latinoamérica, y obviamente yo tenía asegurada mi entrada por el simple hecho de haber regresado justo a tiempo para la repartición de boletos. Solo por esto mi enojo desapareció y en su lugar, una sonrisa en mi rostro apareció.
Armado de dos de mis más fieles compañeros, El Capo y El Gansito, me dirigí al lugar del concierto, donde otra sorpresa nos esperaba: unas entradas para primera fila. Fué esta sorpresa la que me llevaría a uno de los encuentros mas significativos hasta la fecha: Vanessa García Limón. Compartimos algo así como dos horas juntos, pero ese lapso fué más que suficiente como para saber que la química que existía entre nosotros era más que evidente, y sumamente fuerte. Así que decidimos seguir en contacto. Superando los obstaculos del tiempo y la distancia, logramos formar un lazo suficientemente fuerte para aguantar el paso de los años. Pero, apesar de esto, núnca la había mencionado en este espacio. Hasta hoy.
Hace poco hablabamos de la inspiracion (y de la falta de ella) para nuestros *posts*. Bueno, en realidad me quejaba con ella de mi poca inspiración para *postear*, así que sabiamente me dijo: "Pues, puedes escribir acerca de mi; nunca me mencionas en tu *blog*". Esa era la respuesta a todos mis problemas: ¿Porqué no escribir acerca de alguien que significa tanto para mi? Si ando falto de inspiración, ¿porqué no escribir acerca de alguien que me ha inspirado tantas veces a hacer tantas cosas tan distintas? Y ya que estoy en eso ¿porqué no decirle también que la quiero mucho?
Corría la primavera del año 2003. Euridice todavía era estudiante en aquella institución a la que pertenezco, y la radio estudiantil gozaba de varios privilegios provistos por diversos patrocinadores. Yo regresaba de emergencia de mi viaje por Orlando justo después de Semana Santa. El hecho de que ya no pudiera faltar a ninguna de mis clases porque ya había faltado mucho en pasadas ocasiones, provocó mi súbito regreso al Distrito Federal. Justo cuando más estaba mentando madres por mi regreso, me dan la noticia de que la radio estudiantil había conseguido pases para el concierto de aniversario de MTV Latinoamérica, y obviamente yo tenía asegurada mi entrada por el simple hecho de haber regresado justo a tiempo para la repartición de boletos. Solo por esto mi enojo desapareció y en su lugar, una sonrisa en mi rostro apareció.
Armado de dos de mis más fieles compañeros, El Capo y El Gansito, me dirigí al lugar del concierto, donde otra sorpresa nos esperaba: unas entradas para primera fila. Fué esta sorpresa la que me llevaría a uno de los encuentros mas significativos hasta la fecha: Vanessa García Limón. Compartimos algo así como dos horas juntos, pero ese lapso fué más que suficiente como para saber que la química que existía entre nosotros era más que evidente, y sumamente fuerte. Así que decidimos seguir en contacto. Superando los obstaculos del tiempo y la distancia, logramos formar un lazo suficientemente fuerte para aguantar el paso de los años. Pero, apesar de esto, núnca la había mencionado en este espacio. Hasta hoy.
Hace poco hablabamos de la inspiracion (y de la falta de ella) para nuestros *posts*. Bueno, en realidad me quejaba con ella de mi poca inspiración para *postear*, así que sabiamente me dijo: "Pues, puedes escribir acerca de mi; nunca me mencionas en tu *blog*". Esa era la respuesta a todos mis problemas: ¿Porqué no escribir acerca de alguien que significa tanto para mi? Si ando falto de inspiración, ¿porqué no escribir acerca de alguien que me ha inspirado tantas veces a hacer tantas cosas tan distintas? Y ya que estoy en eso ¿porqué no decirle también que la quiero mucho?
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