Monday, February 27, 2006
Tuesday, February 21, 2006
La banda que resulté ser...
Which British Band Are You?
Chale... yo que me veía como un The Clash... o un The Libertines... o algo asi... con un poco mas de rudeza. Ni pez...
Friday, February 10, 2006
Eclectic Post
"Estar con ella era tan placentero como fumar un cigarrillo. Sin embargo, no me percaté de que se terminaba. Y en la última bocanada me quemé los labios..."
Si. En mi cumpleaños me pongo raro. Mas de lo común. No soy de los que festeja un chingo ese dia y luego vuelve a la rutina. No. Este año decidí hacer algo distinto: Festejarme durante toda la semana. De esa manera se puede dosificar la energía y la cantidad de alcohol que se ingiere. También existe suficiente tiempo para ver a la mayoría de los amigos. En ese último rubro hubo muchisimas fallas. La logística de la semana cumpelañera se vió afectada por una situación que no fué contemplada cuando se elaboró el plan de acción...
Mi adicción por el estúpido hi5 ha llegado a niveles inconcebibles. Tendré que dejarlo pronto pues es una adicción que no me permite ni escribir en este blog. Ha sido suficiente, y el tiempo de dejarlo no esta lejos. Sólo tengo que llegar a 1000... y ya...
El Sagan y yo hemos tenido una excelente relación desde el primer dia que apareció en mi vida. Al principio no me dí cuenta, pero al pasar el tiempo se fue haciendo más y más evidente. Ahora lo creo cierto, a pesar de los distintos accidentes que ha sufrido (como olvidar ese primer choque...). Cool como K.I.T. pero carismático como Herbie. Es mi auto. Y somos cuates. El me ha ayudado a salir de muchas situaciones de alto riesgo. Su agilidad y mi habilidad tras el volante es todo lo que necesita para agitar esta ciudad. Sin embargo lo he extrañado...
Debido a la política de "semana de festejos", el Sagan me fué confiscado el martes a la 1:30am. Mi aliento y mi postura fueron suficientes para que me retiraran las llaves...
El tráfico de la ciudad me hace tomar decisiones así. Hacía mucho que no nos veíamos, así que se me hizo fácil. Estaba cerac de su casa. Además, me había dicho que necesitaba desahogarse, pues había tenido una ruptura dificil recientemente. No tenía que estar ahi mucho tiempo; sólo el suficiente. El hecho de que ella tuviera clase de baile en hora y media me proporcionaría una oportunidad perfecta para terminar con esta pequeña visita social. Nada podía fallar.
Había pasado ya media hora desde que la clase de baile comenzó. Yo seguía ahí. ¿La razón? El susodicho maestro de baile no llegaba. Ya todos aquellos que tomarian la clase estaban ahi. Y yo también. Excepto que yo no pretendía tomar ninguna clase. Justo cuando comencé a idear un plan de escape, uno de ellos sugirió algo que los demás apoyaron incondicionalmente. No era la primera vez que escuchaba el término "Power Hour"... pero esta ocasión, ese término tenía una connotación totalmente distinta a la que ya conocía. Al decir "sí, los acompaño" no tenía idea del lio en el que me estaba metiendo...
"De la quemadura nace una ampolla que con el paso del tiempo se endurece. Durante su proceso de maduración, la ampolla sigue ocasionando molestias... Molestias que tardarán en desaparecer..."
No soy candelario. Nunca festejo mi cumpleaños ese dia. Obvio no me encantaría ser candelario. No obstante, sí celebré ese día... un poco. Curiosamente la escuela organizó una "comida" ese día. Vaya que si me aproveché de la situación. Secretamente redescubrí mi mojo. Se encontraba un poco empolvado por la falta de uso, pero seguía ahí. Vigente. Sin oxidarse. Simplemente no se había utilizado... Así como lo encontré, cuidadosamente lo volví a guardar, "no vaya a ser que se rompa y entonces sí que estoy jodido". Además, ese dia no habia mucha necesidad de utilizarlo, pues la compañía era bastante grata.
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De verdad que estoy MUY cerca de jubilarme de hi5... pronto...
"Pues cada que el segundero pase por el número doce, tienes que tomar un caballito de chela. Hacemos esto durante una hora completa. por eso se llama 'Power Hour'...". En ese momento no me espanté pues todavía no concebía la cantidad de cerveza que estaba a punto de ingerir.
"Recuerden, todos deben tener al menos dos cagüamas a la mano para que esto sea rápido y no se les vaya el momento de beber..." ¡¿Dos cagüamas?! ¡¿En una hora?! En ese momento me dí cuenta de que estaba en problemas. "Terminaré la hora y volveré a casa... todavía tendré tiempo suficiente", pensé de manera ilusa. NADIE calcula sus tiempos con la chela con esa frialdad. La razón es que nadie puede llevarlos a cabo despues de ingerir esa cantidad de cerveza. Toda voluntad se desvanece, y el espíritu de aventura domina al cuerpo.
Acabando la hora, me levanté de mi lugar y comuniqué a la concurrencia "me tttengo que iir...". A lo cual, los presentes respondieron: "NEL!". Su poder de convencimiento es extraordinario...
"Es extraño pensar que en algún momento una ampolla esté dispuesta a pedir perdón por el daño ocasionado. Hoy averiguaré lo que una ampolla tiene que decir..."
Me dí cuenta de que el Sagan y yo estaríamos juntos durante mucho tiempo una noche de diciembre. La única luz era la que proyectaban sus faros. Nos llevaba de regreso a casa después de un largo pero placentero día. Hasta ese punto, solo sentía cariño por mi auto, pero algo sucedió que convirtió ese cariño en un lazo permanente de amistad y confianza. En ese momento, enmedio de la nada y sin previo aviso, el Sagan nos avisó que su tanque de gasolina se estaba quedando vacío. Su foco se había encendido. Enmedio de la nada. En la carretera. Volviendo de Acapulco. En el tramo mas largo, que a su vez es el que no tiene ni una sola gasolinera.
El Sagan recorrió sin problemas el tramo Chilpancingo-Cuernavaca. Sin detenerse una sola vez. Sin dejarnos botados en el camino. Con la poca gasolina que le quedaba y con el ímpetu que le sobraba. Ese auto es una leyenda con vida...
Después de varios intentos, logré escabullirme del departamento donde seguíamos bebiendo. Ya era demasiado tarde. Pero la hora tenía sus ventajas: Seguro que en casa ya estaban todos dormidos. Lo único que tenía que hacer era entrar silenciosamente y apagar todas las luces de la casa. Ya había estado en la misma situación y esa estrategia siempre funcionaba. Simplemente tenía que decir que había llegado "como a las 11" para evitar problemas.
Al llegar a casa, encontré la luz de la cocina encendida. Todo normal. La luz de las escaleras estaba encendida. Todo normal. Decidí quitarme los tenis para evitar hacer ruido. Todo normal... Hasta que me vieron subiendo las escaleras con los tenis en la mano... a la una y media de la mañana...
* * *
Si. En mi cumpleaños me pongo raro. Mas de lo común. No soy de los que festeja un chingo ese dia y luego vuelve a la rutina. No. Este año decidí hacer algo distinto: Festejarme durante toda la semana. De esa manera se puede dosificar la energía y la cantidad de alcohol que se ingiere. También existe suficiente tiempo para ver a la mayoría de los amigos. En ese último rubro hubo muchisimas fallas. La logística de la semana cumpelañera se vió afectada por una situación que no fué contemplada cuando se elaboró el plan de acción...
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Mi adicción por el estúpido hi5 ha llegado a niveles inconcebibles. Tendré que dejarlo pronto pues es una adicción que no me permite ni escribir en este blog. Ha sido suficiente, y el tiempo de dejarlo no esta lejos. Sólo tengo que llegar a 1000... y ya...
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El Sagan y yo hemos tenido una excelente relación desde el primer dia que apareció en mi vida. Al principio no me dí cuenta, pero al pasar el tiempo se fue haciendo más y más evidente. Ahora lo creo cierto, a pesar de los distintos accidentes que ha sufrido (como olvidar ese primer choque...). Cool como K.I.T. pero carismático como Herbie. Es mi auto. Y somos cuates. El me ha ayudado a salir de muchas situaciones de alto riesgo. Su agilidad y mi habilidad tras el volante es todo lo que necesita para agitar esta ciudad. Sin embargo lo he extrañado...
Debido a la política de "semana de festejos", el Sagan me fué confiscado el martes a la 1:30am. Mi aliento y mi postura fueron suficientes para que me retiraran las llaves...
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El tráfico de la ciudad me hace tomar decisiones así. Hacía mucho que no nos veíamos, así que se me hizo fácil. Estaba cerac de su casa. Además, me había dicho que necesitaba desahogarse, pues había tenido una ruptura dificil recientemente. No tenía que estar ahi mucho tiempo; sólo el suficiente. El hecho de que ella tuviera clase de baile en hora y media me proporcionaría una oportunidad perfecta para terminar con esta pequeña visita social. Nada podía fallar.
Había pasado ya media hora desde que la clase de baile comenzó. Yo seguía ahí. ¿La razón? El susodicho maestro de baile no llegaba. Ya todos aquellos que tomarian la clase estaban ahi. Y yo también. Excepto que yo no pretendía tomar ninguna clase. Justo cuando comencé a idear un plan de escape, uno de ellos sugirió algo que los demás apoyaron incondicionalmente. No era la primera vez que escuchaba el término "Power Hour"... pero esta ocasión, ese término tenía una connotación totalmente distinta a la que ya conocía. Al decir "sí, los acompaño" no tenía idea del lio en el que me estaba metiendo...
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"De la quemadura nace una ampolla que con el paso del tiempo se endurece. Durante su proceso de maduración, la ampolla sigue ocasionando molestias... Molestias que tardarán en desaparecer..."
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No soy candelario. Nunca festejo mi cumpleaños ese dia. Obvio no me encantaría ser candelario. No obstante, sí celebré ese día... un poco. Curiosamente la escuela organizó una "comida" ese día. Vaya que si me aproveché de la situación. Secretamente redescubrí mi mojo. Se encontraba un poco empolvado por la falta de uso, pero seguía ahí. Vigente. Sin oxidarse. Simplemente no se había utilizado... Así como lo encontré, cuidadosamente lo volví a guardar, "no vaya a ser que se rompa y entonces sí que estoy jodido". Además, ese dia no habia mucha necesidad de utilizarlo, pues la compañía era bastante grata.
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De verdad que estoy MUY cerca de jubilarme de hi5... pronto...
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"Pues cada que el segundero pase por el número doce, tienes que tomar un caballito de chela. Hacemos esto durante una hora completa. por eso se llama 'Power Hour'...". En ese momento no me espanté pues todavía no concebía la cantidad de cerveza que estaba a punto de ingerir.
"Recuerden, todos deben tener al menos dos cagüamas a la mano para que esto sea rápido y no se les vaya el momento de beber..." ¡¿Dos cagüamas?! ¡¿En una hora?! En ese momento me dí cuenta de que estaba en problemas. "Terminaré la hora y volveré a casa... todavía tendré tiempo suficiente", pensé de manera ilusa. NADIE calcula sus tiempos con la chela con esa frialdad. La razón es que nadie puede llevarlos a cabo despues de ingerir esa cantidad de cerveza. Toda voluntad se desvanece, y el espíritu de aventura domina al cuerpo.
Acabando la hora, me levanté de mi lugar y comuniqué a la concurrencia "me tttengo que iir...". A lo cual, los presentes respondieron: "NEL!". Su poder de convencimiento es extraordinario...
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"Es extraño pensar que en algún momento una ampolla esté dispuesta a pedir perdón por el daño ocasionado. Hoy averiguaré lo que una ampolla tiene que decir..."
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Me dí cuenta de que el Sagan y yo estaríamos juntos durante mucho tiempo una noche de diciembre. La única luz era la que proyectaban sus faros. Nos llevaba de regreso a casa después de un largo pero placentero día. Hasta ese punto, solo sentía cariño por mi auto, pero algo sucedió que convirtió ese cariño en un lazo permanente de amistad y confianza. En ese momento, enmedio de la nada y sin previo aviso, el Sagan nos avisó que su tanque de gasolina se estaba quedando vacío. Su foco se había encendido. Enmedio de la nada. En la carretera. Volviendo de Acapulco. En el tramo mas largo, que a su vez es el que no tiene ni una sola gasolinera.
El Sagan recorrió sin problemas el tramo Chilpancingo-Cuernavaca. Sin detenerse una sola vez. Sin dejarnos botados en el camino. Con la poca gasolina que le quedaba y con el ímpetu que le sobraba. Ese auto es una leyenda con vida...
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Después de varios intentos, logré escabullirme del departamento donde seguíamos bebiendo. Ya era demasiado tarde. Pero la hora tenía sus ventajas: Seguro que en casa ya estaban todos dormidos. Lo único que tenía que hacer era entrar silenciosamente y apagar todas las luces de la casa. Ya había estado en la misma situación y esa estrategia siempre funcionaba. Simplemente tenía que decir que había llegado "como a las 11" para evitar problemas.
Al llegar a casa, encontré la luz de la cocina encendida. Todo normal. La luz de las escaleras estaba encendida. Todo normal. Decidí quitarme los tenis para evitar hacer ruido. Todo normal... Hasta que me vieron subiendo las escaleras con los tenis en la mano... a la una y media de la mañana...
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