La abejita generalmente se otorgaba a un trabajo completo y bien hecho, y la frase que acompañaba a esta figura era la de "Sí trabaja"
El perico normalmente se les daba a los alumnos que, a pesar de haber terminado con el trabajo del día (generalmente una plana de bolitas o palitos), lo habia hecho mientras socializaba de manera notoria con los compañeros. El sello decía "Habla en clase"
Habia un sello de cochino, que se ponía en el cuaderno de los pequeños escolapios si había un grán número de manchas de lapiz o de cualquier tipo. no importaba si el trabajo estaba completo o no. Obviamente este sello decía "Trabaja sucio"
Uno de los mas curiosos, era el sello del lirón que plácidamente dormía. Este sello se les daba a los niños que no terminaban de hacer sus planas en el timpo asignado. Este era uno de los sellos menos motivantes, ya que además de la imagen del lirón, decía "Flojo". Aquí era donde los traumas comenzaban.
Mi sello favorito en el kinder era aquel que mostraba a un niño feliz, despreocupado, y con un bulto con sus cosas en el hombro. Los niños que faltaban a clases eran galardonados con este sello que con tres simples palabras expresaba cual había sido la realidad de ese día: "Se fue de pinta". En lo personal, me gustaba coleccionar este sello. Creo que de todos aquellos que me acompañaron al kinder, fuí el que mas veces recibió este distintivo.
El último de estos sellos, tambien representa el inicio de un trauma importante dentro de la vida de cualquier persona que haya ido al kinder. Algunos, nunca pudieron lograr escapar del estigma de este sello. Muchos decidieron tirar la toalla, dejar la educación por la paz, y dedicarse a actividades mas recreativas en cuanto recibieron este sello. Estoy hablando, por supuesto, del sello que recibian todos aquellos que a pesar de haber ido al kinder ese día, de plano ni seguian las instrucciones ni trabajaban tantito. Solo se dedicaban al rock ese día. Era el sello del Burro. Este sello, solo decia el nombre del animal: "Burro". Este sello, además de dañar el frágil subconsciente de los infantes, también servia para etiquetar a todos aquellos que desde ese momento, serían marginados e impopulares en el salón.
Sin embargo, por muy divertidas y amenas que resultaran esas figuritas, yo nunca sentí que fueran muy estimulantes. No me sentía etiquetado, pero tampoco sentía que dijeran algo que mis padres no supieran... "Si trabaja": Pues que no a eso nos mandan al kinder?
Eeeeen fin.
Yo propongo, por medio de este post, no solo que este sistema de calificar se implemente para las instituciones de educación superior a traves del país. Habría que estimular al estudiante moderno mediante sellos que impliquen la excelencia y que realmente logren que el estudiante se esfuerce de una manera sobrenatural. Así que propongo que a la escala jerárquica de los sellitos se agregue uno mas. El sello supremo. Aquel que denote a lo que indiscutiblemente pueda ser lo mejor de lo mejor. Yo lo que propongo es un sello que no tenga a un animal o mascota en particular. Mas bien, sería Luis de Alba levantando el pulgar, y debajo de él, en letras bien grandes este sello diría una sola palabra: "Chingón!"
De esta manera no habría duda alguna. Los padres de aquellos alumnos que reciban este distintivo, tienen la obligación de sentirse orgullosos de su vástago por toda la eternidad.