Friday, May 27, 2005

The Exodus Continues

Después de haber redactado el *post* pasado, decidí que si sucedía lo más temido, no lo ocultaría mas de mi familia. Les diría todo. Sin preocuparme por su reacción admitiría ante mi familia que no sería un egresado del ITAM. Después de tomar esta desición, no me fué difícil conciliar el sueño.

Al día siguiente, me levanté con la cabeza fría y la desición de pasar este últmo exámen que me impedía disfrutar de un merecido descanso. Después de una buena ducha y un nutritivo desayuno (un litro de licuado de plátano con vainilla), me dirigí al lugar de mi rendez-vous con Lluvia Azul. "Llegas media hora tarde", puntualizó Lluvia Azul al momento de verme. "Traje tu libro. Y también te traje una galleta...", me dijo al momento de saludarla. Afortunadamente, Gums se encontraba presente, lo cual inhibió cualquier intento de agresión física por parte de Lluvia Azul. "Sólo te daré la galleta si trajiste el artículo de intercambio que te tocaba". Como todo un cumplidor, le entregué el objeto que tanto añoraba: Un disco virgen.

Después de charlar y reir un poco, Lluvia Azul se retiró de la escena, dejandome a solas con Gums. "Estoy BIEN estresado...", le dije sin ningún tipo de preambulo. Y no mentía, en realidad estaba estresado, ya que en ese momento cruzó por mi cabeza la pequeña idea de que aparte de que tendría un examen final, también hoy me darían las calificaciones de los exámenes anteriores. Ántes del exámen. Y esto me molestaba un poco. Me ponía tenso. Mucho. No podía tomar este último examen con tranquilidad si me enteraba justo ántes de tomarlo que había reprobado en alguna de mis materias. Esto sólamente me llevaría a reprobar este tercer exámen. Así que decidí, en un ENORME acto de voluntad, no checar ninguna de mis calificaciones hasta después de mi exámen.

Al parecer, mi voluntad no recibio el pequeño comunicado que le decía que todavia NO se podía largar de vacaciones, y que por NADA del mundo me podía dejar a mi la responsabilidad de cumplir aquello que era enteramente de su responsabilidad. Así que llegó la noticia de las 12:00pm. "¿Que tal nos fuè?", le pregunté con descaro al asistente de mi maestra de Finanzas 1, quien por casualidad, era conocido mio desde hace ya un par de años. "Pueeessss... hubo varios reprobados...", me dijo tratando de evitar herir mi pequeña esperanza por pasar esa materia.

-"Fuck!! ¿De casualidad no viste que saqué yo?"
-"Mmmm... pueesss... bien, bien, bien, no me acuerdo. CREO que sacaste 5.5...."
-"NOMAMES--"
-"PERO, si tienes un buen trabajo final, no te va a volar si tienes 5.5. Calmado. Además, creo que ya puedes checar tus calificaciones. Ya estan en la página"
-"Muchas gracias mein! Ahorita las checo. ¡Suerte!"

Me dirigí de la manera mas velóz al encuentro de mis compañeros de salón a decirles que ya estaban nuestros resultados y a rogarles que me acompañaran a checarlos. Sólo el 33% de ellos se negó a averiguar su resultado.

Al llegar al cubículo de la profesora, notamos que estaba dispuesta a contestar todas nuestras preguntas de la mejor manera posible. Así que me aventuré a formular la misma pregunta que hice hace algunos minutos atrás: "¿Que tal nos fué?, ¿ya tienes las calificaciones?", a lo cual recibí una negativa. Todavía no estaban las calificaciones. La media del grupo habìa sido 6.0, y no pondría las calificaciones sino hasta en la tarde. Además, le faltaba hacer los promedios. Después de haber agradecido su atención, me dispuse a olvidar mis ansias y nervios por saber el veredicto de esa materia hasta acabar de una vez por todas con mi examen de la tarde.

Alrededor de las tres de la tarde, aquellos que repasabamos para el exámen, hicimos un pequeño receso para poder ir a comer, ya que de otra forma, nuestro rendimiento estaría de la pipí. Y por lo menos, YO no podía correr ese riesgo. El servicio en el establecimiento era bastante lento, lo cual me comenzó a poner de nervios ya que debíamos llegar con mucho tiempo de anticipación al salón del exámen para, así, poder apañar (vilmente) los mejores lugares "copiones" que las instalaciones pudieran ofrecer. Al parecer, y a pesar de la lentitud del servicio, todo parecía indicar que lo lograríamos. Sin embargo, Slim Jim, mi fiel mayordomo y asistente personal, tuvo a bien informarme que me tenía que presentar a una revisión de exámen: Probabilidad. Les informé a mis complices copiones que llegaría tarde al exámen, por lo que me tendrían que hacer el paro y apartarme un lugar copión, y me retiré del lugar.

Llegué al lugar de la revisión sólamente utilizando mi olfato: la tensión se percibía desde la entrada del ITAM. Tomé mi exámen, y al ver mi calificación sentí un escalofrío que recorría mi espina dorsal, al mismo tiempo que mis dedos comenzaban a transpirar; mi boca se secó en ese instante y lo único que mi cuerpo podía hacer, era crear un nudo en mi garganta. No lo podía creer. Al parecer había algún tipo de error que tenía que ser corregido inmediatamente. No había tiempo: tenía que llegar a mi exámen. ¿Qué iba a hacer? No podía continuar en esa institución si tenía un 5.6 final en Probabilidad. Tenía que encontrar el error que impedía que mi calificación fuera aprobatoria. ¡Prónto!. Sólo contaba con diéz minutos antes de mi exámen de Economía Internacional. No me tomó mucho tiempo para encontrar lo que sucedía: la maestra había ignorado por completo un procedimiento entero que me llevaba a una respuesta acertada. Seguramente con los puntos que eso me daría, podría aprobar esa maldita materia. "No lo tomé en cuenta porque lo hiciste por otro procedimiento. La pregunta te pedía utilizar la F.G.M. para sacar el valor esperado de la función". No tenía ningún tipo de contestación ni objeción a ese argumento. No seguí las instrucciones y por eso no recibí crédito por mi respuesta. "Si sigo aquí despues de tu examen seguro que podemos hablar", me dijo la maestra en un tono macabro y casi burlón. Así que dejé el lugar de la revisión y me dirigí a mi última cita del semestre: Economía Internacional.

Al entrar al salón 112, noté una cosa que me llevó a concluir que la mayoría de los estudiantes de esta institución creen ser capaces de aprender el curso por sí mismos: Noté que era la primera y única vez en todo el semestre que el salón más grande del ITAM se llenaba por completo a causa de esta materia. Justo después de darme cuenta de esto, me percaté de que las posibilidades de tener un lugar copión en este lleno total eran microscópicas. Al voltear al escritorio del maestro, noté que el profesor había enviado a su asistente para "cuidar" su exámen, lo cual convertía a cualquier lugar, en un lugar copión. Afortunadamente, mis compañeros habían cumplido su parte del trato: habían apartado el mejor lugar copión para mi. Tomé mi exámen, me dirigí a mi lugar, contuve mis ganas de abrazarlos, y comenzé a "resolver" un exámen de 20 preguntas de opción múltiple. Mientras lo hacía, comencé a pensar que tal ves ese era el último exámen que tomaría en el ITAM. Que tal vez este examen marcaba que terminaba con mis materias. Que tal vez jamás regresaría, ni vería a los amigos que ahí había hecho. Todas estas ideas se conjuntaron para formar múltiples escenarios de mi vida futura. Sin embargo, algo en mi me decía que ninguno de esos escenarios era cierto. Ya decía el Maestro Yoda: "Difficult to see, the future is". Y por más que especulara, no sentía que me despediría del ITAM en el futuro cercano, y que al contrario de todo esto, estaría ahí, por lo menos, un semestre mas.

Terminé de "resolver" mi exámen en una hora con quince minutos. Así que regresé a la escena del crimen: Salón 205 donde todavía se llevaba a cabo la revisión de mi exámen. Esta vez, el salón era mío y de la maestra. Únicamente. Y tenía el resto del día para tratar de persuadirla de que yo era un estudiante que se merecía pasar. Al principio se mostró inflexible, pero al paso del tiempo y al irse enterando de mi vida y mi desempeño académico, comenzó a mostrarse un poco mas receptiva. Finalmente me dijo: "Tienes el seis. Pasas. Pero no quiero que vuelvas a meter una materia conmigo...". Trato hecho.

Con uno de los dos veredictos recibidos, la hora de enfrentarme a Finanzas 1 por última vez había llegado. Así que me dirigí a la computadora mas cercana y abrí La Página. No había ningún cambio en las calificaciones desde el segundo parcial. No habían publicado las calificaciones finales. Todavía no podía cantar victoria. Ni derrota para el caso. Fué entonces que para relajarme, decidí checar mi cuenta de mail, y fué ahí donde encontré el aviso de Juliana Gudiño: "Todavía no he terminado de hacer los promedios finales. Las calificaciones estarán en la página el Lunes. Si quieren hacer alguna aclaración pueden hacerla de 12:30 a 1:30. Saludos"

Thursday, May 26, 2005

Update. Review. Expectations. Place your bets.

Debido a la falta de movimiento y de actualizaciones de este espacio, cualquier asiduo lector pensaría que he abandonado este tan constructivo hábito de la escritura creativa. Sin embargo, como había ya advertido al respetable público al inicio de esta temporada, he tenido que lidiar con las limitantes de tiempo que exige la vida de ñoño. No es que me este quejando de ser ñoño, ni que este usando mi ñoñez adquirida como excusa, simplemente me he dado cuenta de que esto no es tan facil como alguna vez llegué a pensar. Los examenes finales en mi escuela comenzaron hace ya un par de semanas, y hoy, están a escasas horas de concluir. Hay una historia que contar llena de estres, sobresaltos, derrotas, victorias, y demás emociones asociadas con el estudio al final de un semestre. Esta historia sigue escribiendose en este momento, ya que todavía no hay un final definido. Lo interesante de seguir de cerca esta historia (que marcará uno de los clásicos finales de temporada) es el hecho de que el desenlace puede ser desde lo mas optimista-cliché, hasta el más trágico y negro de los finales: Al final se decidirá si soy un fracaso o no; si mi vida es un pantano o no; si tendré un menor estatus social que el de Changoleón o no; si volveré a sonreir en mi vida o no.

Todo esto comenzó hace mucho tiempo en una oficina dentro de las instalaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Un joven, y asustado estudiante, se entrevistaba con la directora de servicios escolares: M.D.I. Patricia Medina Dickinson.

-"Te voy a otorgar este segundo condicionamiento, pero tienes que tener muchísimo cuidado de no volver a tener problemas de reglamento", dijo Patricia Medina en una calmante voz.

Aliviado, el joven estudiante salió de la oficina respirando y saboreando el primer aliento de aire fresco que había tenido desde hacía ya más de dos semanas. "Jamás quiero volver a estar en esta situación", pensó al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa que le daba a entender al mundo entero que, por lo menos durante un semestre más, seguiría estudiando Economía en el ITAM.

Casi un año después, habiendo pasado por un trágico semestre, este joven economista regresa a la olvidada escena de los exámenes finales, para probarle al sistema que era un hueso duro de roer. Este regreso ha probado ser un éxito, ya que ha superado un grán porcentaje de las pruebas y obstáculos que se le habían presentado a este economista en vias de desarrollo; cosa que aquellos que han seguido de cerca esta historía ya esperaban, al ver el desmpeño y el esfuerzo de este sobreviviente.

"Mañana es el día en el que paso Probabilidad", pensó al mismo tiempo de que se daba cuenta de que ésta era la actitud que había que tomar en este tipo de situaciones, así que comenzó a planear el resto de sus finales bajo este mantra: "Mañana es el día en el que paso Proba. El Jueves es el día en el que paso Finanzas 1. El Viernes es el día en el que paso Economía Internacional". Cada vez que recordaba este plan de acción, su ímpetu crecía de manera exponencial y su miedo derivado del enfrentamiento con un examen final, disminuía a proporciones microscópicas. Por si fuera poco, sus compañeros le comenzaron a desear suerte de la manera mas sincera que alguna vez creyó posible en un ser humano. Y con esta motivación dedicó sus días enteros a estudiar para sus examenes finales.

El día de su primer examen, finalmente llegó. Durante tres horas, nadie supo nada acerca de este estudiante, hasta que a las 10:30 de la mañana, la noticia comenzaba a propagarse: "Hoy es el día en el que paso Proba". One down and three more to go. Finanzas 1 trajo problemas al estudiante y preocupación a todos aquellos a su alrededor: "Veredicto reservado. No quiero precipitarme en mis conclusiones", era la noticia que este joven estudiante comunicaba al mundo. Two down and one more to go... Un mantra optimista, cuyo efecto comienza a corroerse. Un grupo de estudio dispuesto a ayudarle. Un exámen en 20 horas. Una revisión de exámen en 19 horas y media. Veredicto final del exámen de Finanzas en 15 horas. Esto es lo que trae consigo el Viernes 27 de Mayo para Amin Cárdenas Macias, Economista...

Friday, May 20, 2005

El Batón

Hoy me pasaron El "Batón". En mi vida me habían pasado un batón. Había escuchado el rollo referente a "pasar la estafeta", pero nunca me habían pasado una. Hasta hoy. Salvador me la ha pasado, para que yo en turno la pase a quien yo considere digno. He aquí El Batón Musical.

Volumen total de música en mi computadora: 3.4 Gb. No es mucho pero es una excelente seleccion.

El último CD que compré: Ultrafox - "Ice Skating".

Canción reproduciendose ahorita: "Everybody's Changing" - Keane

Cinco canciones que escucho y significan mucho para mi:
-"Un Millón de Años Luz" - Soda Stereo
-"Al Andalúz" - Miguel Rios
-"Good-bye Yellow Brick Road" - Elton John
-"Dancing in the Moonlight" - Toploader
-"Like a Rolling Stone" - Bob Dylan

Cinco personas a quienes les paso el baton:
-Mai
-Slayer
-El Friend
-Manzana
-Panico y Palomitas