Debido a la falta de movimiento y de actualizaciones de este espacio, cualquier asiduo lector pensaría que he abandonado este tan constructivo hábito de la escritura creativa. Sin embargo, como había ya advertido al respetable público al inicio de esta temporada, he tenido que lidiar con las limitantes de tiempo que exige la vida de ñoño. No es que me este quejando de ser ñoño, ni que este usando mi ñoñez adquirida como excusa, simplemente me he dado cuenta de que esto no es tan facil como alguna vez llegué a pensar. Los examenes finales en mi escuela comenzaron hace ya un par de semanas, y hoy, están a escasas horas de concluir. Hay una historia que contar llena de estres, sobresaltos, derrotas, victorias, y demás emociones asociadas con el estudio al final de un semestre. Esta historia sigue escribiendose en este momento, ya que todavía no hay un final definido. Lo interesante de seguir de cerca esta historia (que marcará uno de los clásicos finales de temporada) es el hecho de que el desenlace puede ser desde lo mas optimista-cliché, hasta el más trágico y negro de los finales: Al final se decidirá si soy un fracaso o no; si mi vida es un pantano o no; si tendré un menor estatus social que el de Changoleón o no; si volveré a sonreir en mi vida o no.
Todo esto comenzó hace mucho tiempo en una oficina dentro de las instalaciones del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Un joven, y asustado estudiante, se entrevistaba con la directora de servicios escolares: M.D.I. Patricia Medina Dickinson.
-"Te voy a otorgar este segundo condicionamiento, pero tienes que tener muchísimo cuidado de no volver a tener problemas de reglamento", dijo Patricia Medina en una calmante voz.
Aliviado, el joven estudiante salió de la oficina respirando y saboreando el primer aliento de aire fresco que había tenido desde hacía ya más de dos semanas. "Jamás quiero volver a estar en esta situación", pensó al mismo tiempo que esbozaba una sonrisa que le daba a entender al mundo entero que, por lo menos durante un semestre más, seguiría estudiando Economía en el ITAM.
Casi un año después, habiendo pasado por un trágico semestre, este joven economista regresa a la olvidada escena de los exámenes finales, para probarle al sistema que era un hueso duro de roer. Este regreso ha probado ser un éxito, ya que ha superado un grán porcentaje de las pruebas y obstáculos que se le habían presentado a este economista en vias de desarrollo; cosa que aquellos que han seguido de cerca esta historía ya esperaban, al ver el desmpeño y el esfuerzo de este sobreviviente.
"Mañana es el día en el que paso Probabilidad", pensó al mismo tiempo de que se daba cuenta de que ésta era la actitud que había que tomar en este tipo de situaciones, así que comenzó a planear el resto de sus finales bajo este mantra: "Mañana es el día en el que paso Proba. El Jueves es el día en el que paso Finanzas 1. El Viernes es el día en el que paso Economía Internacional". Cada vez que recordaba este plan de acción, su ímpetu crecía de manera exponencial y su miedo derivado del enfrentamiento con un examen final, disminuía a proporciones microscópicas. Por si fuera poco, sus compañeros le comenzaron a desear suerte de la manera mas sincera que alguna vez creyó posible en un ser humano. Y con esta motivación dedicó sus días enteros a estudiar para sus examenes finales.
El día de su primer examen, finalmente llegó. Durante tres horas, nadie supo nada acerca de este estudiante, hasta que a las 10:30 de la mañana, la noticia comenzaba a propagarse: "Hoy es el día en el que paso Proba". One down and three more to go. Finanzas 1 trajo problemas al estudiante y preocupación a todos aquellos a su alrededor: "Veredicto reservado. No quiero precipitarme en mis conclusiones", era la noticia que este joven estudiante comunicaba al mundo. Two down and one more to go... Un mantra optimista, cuyo efecto comienza a corroerse. Un grupo de estudio dispuesto a ayudarle. Un exámen en 20 horas. Una revisión de exámen en 19 horas y media. Veredicto final del exámen de Finanzas en 15 horas. Esto es lo que trae consigo el Viernes 27 de Mayo para Amin Cárdenas Macias, Economista...
1 comment:
Charmin: Sólo quiero decirte que si tu vida es un fracaso o no, no depende de una institución, ni de una M.D.I., eso sólo depende de tí. Honestamente espero que te vaya muy bien en tus finales y que no tengas problemas académicos con el h. itam por eso, pero si las cosas no salen como a tí te hubieran gustado, no quiere decir que eso defina tus logros o fracasos en tu vida. Los errores los cometemos todo el tiempo y nuestras fallas y malas decisiones no nos definen como personas aunque tú pienses que es así (y eso también va para mí), y tú sabes porqué te lo digo. Lo que nos hace mejores o peores personas no depende del itam, depende de nuestro valor para enfrentar las decisiones que hemos tomado, la nobleza para aceptar nuestros errores y la serenidad para dejarlo en el pasado, pues un error se llama así por algo. Como dijo Séneca, "Ninguna prueba se nos presenta si no estuvieramos listos para superarla" y eso va en todos los sentidos. Ve con todo, te queremos fuerte.
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