Fiestas Decembrinas

Las personas en esta época del año se ponen de acuerdo para dejar de hablar de la telenovela del momento, del reality show que esta de moda, del pejelagarto odiado, y de todo lo demás para concentrar sus energías sólamente en un tema: Las fiestas Decembrinas (como si el título de este *post* no hubiera sido suficiente para arruinar la sorpresa de este enunciado introductorio). Las personas, por lo general, tienden a ser mas amables, a sonreir un poco mas, a cantar un poco mas fuerte, ser mas pacientes, y a gastar un poco más de dinero en regalos en ésta época. Las afamadas *Posadas* son el evento social por excelencia y el olor a ponche es el aroma del día. También, por lo general, todo esto es algo que suelen esperar las personas durante un largo año, y cuando finalmente llega, son felices con todo esto. Pero yo no.

La navidad solía ser un evento sumamente importante dentro de mi vida. Sin embargo, llegó el día en el que el capitalismo se apoderó en su totalidad de ella, y comenzó a mandarla por partes a todos aquellos consumidores entusiastas a partir del 16 de Septiembre (justo después del día de la Independencia en México), ignorando así mis dos meses preferidos del año (Octubre y Noviembre) y junto con ellos, dos de mis festividades mas queridas del año: Día de Brujas (Halloween, ó "Jalogüín" para los "no-bilingues") y Día de Muertos. Hasta ese momento creí que todo en este planeta tenía su lugar. Incluso las estaciones del año. Así que no podía concebir el hecho de que se saltaran dos meses en su totalidad para hacer mas duradera a la navidad; hecho que sólo lo hizo más insoportable debido a que durante casi 90 días teníamos que soportar toda la parafernalia distintiva de esta celebración, incluyendo música y figuras de Santa Claus. Y no es que me jacte de ser un "Grinch" o un "Scrooge" (personajes que, a su vez, son 100% navideños) cualquiera, simplemente digo que todo esto le resta sentido a lo que alguna vez fué esta celebración.

Desde que esto comenzó a suceder, la navidad dejó de ser acerca de cantar posada, hacer piñatas con periodico y engrudo, y convivir con los seres queridos (odio cuando comienzo a sonar como tarjeta de Hallmark). La navidad lentamente se comenzó a transformar en un pretexto para ir a gastar el dinero en cosas que pensabamos destinar al uso propio, ya ni siquiera para regalarlas a nuestros hermanos, tios, padres, primos o amigos. No. El proposito de ir de compras también se perdió. El hecho de recibir un regalo se convertía en una razón más para sentirse comprometido con la persona que lo daba. Y a mi, me dejó de gustar este tipo de navidades, y comencé a considerarlas como un enorme bodrio y era de la idea de que ya no tenían sentido y que debería de dejar de "festejarla" ya que existía mucha hipocresía en ella. Y hoy, mi deseo ha sido concedido. Este año no habrá navidad para mí debido a que mi familia no puede llegar a la tradicional reunion por diversos motivos. Este año no asistí a ninguna *Posada*, ni fuí de compras ni escuché villancicos. Y no lo extraño tanto. Es curioso ser un observador externo de todo lo que es la navidad porque nada de lo que es me concierne en realidad. En palabras de Soda Stereo: "Un día común: emociones simples".

Sin embargo, hoy ha sucedido algo que evitó que la última pizca de espiritu navideño en mi muriera: Salvador Leal habló. No. No sólo habló. Dijo algo bastante importante que todos deberíamos tener presente: "Recuerda que la navidad no se trata solo de los regalos, sino de dar las gracias por todo lo recibido"... incluyendo la amistad.

Feliz Navidad.