World Tour 2: Acerca de los Lentes Viajeros

"Los lentes viajeros son únicos en su tipo. Fueron diseñados por la firma GUESS y bautizados como 'Radar'. Su cristal entintado tenía un tono azul cielo, lo cual hacía que todo aquel que los usara viera el mundo como un lugar más agradable y bonito de lo que realmente es. Brindaban estilo y distinción al portador, gracias a su armazón ligero de pasta dura color ambar. Sin darle mas vueltas: Son LOS lentes... eran LOS lentes.

"Esos lentes de sol llegaron a mi en una calurosa noche de verano del año 2004. Había tenido la necesidad de vestirme de la mano de dios debido a una emergencia climática en Magic Kingdom. A partir de ahí, el resto del viaje tendría esa referencia interna: 'Vestirse de la mano de dios'. Justo al siguiente día tuve la oportunidad de salir de compras con toda mi familia, incluyendo a uno de mis primos quien fué testigo del nacimiento de dicha referencia, ya que él también fué victima de la emergencia climatica.

"Después de haber recorrido el centro comercial durante todo el día, solamente faltaba una tienda por visitar: Guess Store. Al entrar, noté que en un estante había una oferta de lentes de sol, así que de inmediato me probé un par. Al levantar el par elegido, el mecanismo de seguridad se desprendió de los lentes como por arte de magia (literal). Fué entonces que se me ocurrió la brillante idea de traerlos conmigo. Así sin hacer el trámite que involucra las cajas registradoras y dinero en efectivo: EStos lentes vendrían conmigo; me los dió 'la mano de dios'. Desde entonces me han acompañado en mis viajes, y peripecias por la Ciudad deMéxico. Llegaron a ganar mi cariño, al grado de que incluso planee toda una farsa para recuperarlos de un local de la condesa.

"En esta ocasión me acompañarían en mi regreso triunfal al viejo continente. Incluso me acompañarían durante mi estancia en una ciudad que ganó mi corazón al instante: Madrid. Sin embargo, la última noche de mi estancia en Madrid los perdí de vista. No los dejé en ingún lugar de la ciudad, ni en el metro ni en la Puerta de Alcalá. Los había dejado en la habitación del hotel, por lo cual no me preocupé demasiado pues debían de aparecer tarde o temprano.

"La mañana de mi partida, mi busqueda fué frenética; tánto que fuí la última persona en abordar el autobús que me llevaría a Bourdeaux. 'Todavía cabe la posibilidad de que estén en mi maleta', pensé con harta esperanza en ese momento. Hoy pienso que así como a mí, les encanta viajar y por eso decidieron permanecer a mi lado: para viajar conmigo y partir en el momento en el que vieran una mejor oportunidad de viajar..."