Thursday, June 17, 2004

El Loser y unos cuates

"Ok, cuando las veas ¿Qué vas a hacer con ellas?¿Para qué las quieres?" Estas fueron las palabras que dejaron mi mente en blanco.

Hoy hubo sesión del "Club de Toby" (es el club que Toby, personaje de la historieta de "La Pequeña Lulú", formó especialmente para juntarse con sus cuates... solo niños) en el centro comercial Santa Fé. Mis cuates y yo, rondabamos los pasillos, observando los escaparates y haciendo chistes de vez en cuando, cuando de pronto, frente a nuestros incrédulos ojos, se aparecen, no una, ni dos, ni tres, sino cuatro bellezas juveniles. Cuatro "reinas" que caminaban a nuestro lado. Nosotros, como hombres que somos, no pudimos hacer nada, mas que quedarnos atónitos.

Después de recuperarnos de esa primera impresión, decidimos ir a buscarlas (obvio que despues de cinco minutos de estar "atónitos", las nenas ya habian desaparecido) para poder verlas de nuevo (nos hizo falta visión para poder planear un acercamiento. Sólo las queriamos volver a ver). Así que de nuevo, comenzamos nuestro caminar en el centro comercial, y después de 15 minutos de no ver señales de aquellas nenas que nos habian dejado sin aliento, el grupo comenzó a desesperar. Nuestra busqueda se tornó demasiado frenética; casi obsesiva. Sin embargo, uno de los miembros del "club" tuvo la suficiente lucidéz mental como para preguntarnos: "Cuando las encuentren, ¿que van a hacer con ellas?" Diaaaabloooss!! Hasta entonces no habiamos establecido que iba a suceder una vez que las encontraramos. Y la falta de imaginación casi logra acabar con la expedición por completo. Fué justo antes de tirar la toalla, que nos volvimos a topar con esas cuatro mujeres que nos habían atraido tanto. ¡Era hora de actuar! Claro, debiamos "actuar" como "equipo", pero ¿porqué no mandar al Ras por delante?

El actuar solo siempre me ha dejado con los pies frios, y mucho mas cuando se trata de actuar frente a damas tan atractivas como eran las que perseguimos. Tenía la cabeza en blanco; mi imaginación se había ido de vacaciones en ese preciso momento. No sabía como lograr un acercamiento efectivo con ellas. Después de varios intentos de "hacerme el valiente" el resto del grupo concluyó que yo era una farsa y que mejor ellos se encargaban de hablar con las nenas. Claro que ellos ni siquiera intentaron comenzar a "hacerse los valientes", lo cual me deja en el puesto de "valiente verdadero". Cuando aquellas cuatro mujeres volvieron a perderse en el horizonte, nos aceptamos derrotados, y sabiamente pronunciamos las siguientes palabras: "¡Somos unos Losers!"

Después de esto, nada puede ser tan humillante...

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